jueves, 30 de agosto de 2012

La tarea de Sísifo en el Ayuntamiento de Cartagena

 Es, tal vez, uno de los días más tristes de mi vida porque he confirmado que, en este desdichado país,el Derecho, las leyes, la Justicia no sirven absolutamente para nada que no sea para que, encima de llevarte al huerto de la peor de las maneras, saquen su jodida chorra y se meen en ti.

 He presentado hoy, ante el Ayuntamiento de Cartagena, el recurso ordinario de Alzada contra la resolución de éste por la que mantiene las 50 multas de tráfico que me ha impuesto por estacionar mi vehículo delante mismo de la puerta de mi casa, estando como estoy en la plena y pacífica propiedad y posesión del permiso que él mismo me concedió para estacionar mi coche allí, mediante la tarjeta nº 120, que me concede el derecho de estacionamiento como residente en el nº 15 de policía de la calle Muralla del Mar, de esta ciudad.

 50 multas de 80 euros son ni más ni menos que 4000 euros, o 667.344 pesetas si no me he equivocado en las cuentas, aproximadamente el importe de 4 meses de mi pensión por incapacidad, o sea, que este canallesco órgano que nació históricamente para protegerme y  ayudarme a mí a sobrevivir en la espantosa lucha por la existencia que es nuestra puñetera vida está tratando ahora, canallescamente, repito, de estafarme de mala manera porque ha encontrado un resquicio para hacerlo con toda la alevosía y premeditación del mundo. 

 El coche que motiva las sanciones, volvo v-40, MU-5053-CK, no es, en realidad, mío sino de mi hija gravemente enferma que he traído a convivir conmigo y que pusimos a mi nombre precisamente para eso, para que tuviera derecho de estacionamiento en la puerta de mi casa, como el otro, que sí que es mío de verdad, el toyota 716CST, cuya tasa anual de 25 euros sí que logré pagar el día 14-03-12 en el Banco de Sabadell de ésta, el recibo de la tasa correspondiente al de mi hija, el Banco no pudo ponérmelo al cobro, todavía no sé por qué, hasta el 03-05-12, o sea esos canallescos 50 días que el Ayuntamiento de Cartagena, ACT, pretende ahora cobrarme como multas por aparcar en zona de residente sin tener la tarjeta que me autoriza para ello.

 Si dividimos los 25 euros de la tasa anual de residente por los 12 meses del año, da 2.08 euros, mensuales y si dividimos este cociente por los 30 días que tiene un mes, tenemos 0.069 euros, o sea que el canallesco Ayuntamiento sostiene, sin el menor atisbo de vergüenza porque como es del PP no la tiene, que yo he cometido la locura de no pagar conscientemente la cuota anual del coche de mi hija el mismo día que fui a pagar la del mío, dándoles a ellos la facultad, que no iban a dejar de ejercer, de sancionarme con los cochinos 80 euros DIARIOS,  NI MÁS NI MENOS QUE 1.159.420 VECES MÁS QUE AQUELLOS 0.069  euros que comporta utilizar tan razonablemente la facultad de estacionar mi coche en mi zona de residente.

 Esto es tan demencial,  que es impensable por absurdo que alguien que lo pueda evitar con el sencillo actor de pagar un recibo de 25 euros EL MISMO DIA QUE PAGA EL DEL OTRO VEHÍCULO A SU NOMBRE, no lo haga, pero a este asqueroso órgano de opresión vecinal en el que se ha convertido un ayuntamiento de vecinos para mejor defenderse de las agresiones ajenas, se ha tornado por arte de la mayor de las sinvengonzonerías del mundo en una pandillas de ladrones y estafadores que persigue a muerte a aquellos a los que tienen la obligación sagrada de defender.

 De modo que no he tenido más remedio que desempolvar la vieja toga de abogado y ponerme a estudiar el asunto plenamente consciente de 2 cosas: 1ª) que esta canallesca cochinada de un órgano creado sólo para mi defensa estaría llena de puntos débiles fácilmente atacables, dado que los creadores de la estafa serían los hijos de los enchufados del PP, o sea, gente absolutamente incapaz de pergeñar un plan legal inatacable porque carecen de la necesaria capacidad no ya sólo intelectual sino también técnica, ya que las carreras de Derecho cursadas por ellos serían a base de enchufes puesto que han sido sus propios padres, catedráticos o profesores también por enchufe, los que les han ido aprobando todas las asignaturas; 2ª) que a pesar de la chapuza legal que tal gentuza habrá montado, mis recursos serán desestimados todos sin ninguna duda porque ellos tienen la sartén de la fuerza coactiva de la Administración del Estado por el mango y el mango también.

 Y las cosas están sucediendo tal como yo pensaba: esta gentuza absolutamente ignorante le está aplicando al contrato convenido entre el Ayuntamiento y yo, expresamente excluido por Ley de la regulación administrativa, este tipo de regulación de tal manera que no hace sino aplicarme la más dura de las Leyes del Talíón, está aplicando al caso  la legislación administrativa cuando tenía que utilizar la civil, con el resultado de estar perpetrando el más perfecto de todos los abusos de Derecho imaginables y lo hace plenamente convencida de que va a gozar de la más completa impunidad, en la fase estrictamente administrativa, en la que ahora estamos, porque la asquerosa administración es juez y parte al propio tiempo, de manera que ni siquiera admite la posibilidad de admitir sus canallesca conducta, y, luego, cuando iniciemos el contencioso administrativo, proceso en el que el enjuiciamiento de la cuestión está atribuido a un juez profesional, teóricamente independiente, todavía será peor, porque esta especie de teocrático jerarca será aún más duro conmigo y me condenará incluso a pagar las costas sólo por haberme atrevido a molestarle en su augusta placidez llevándole un pleito a resolver que le saque de su letargo.

 De modo que éste es, mis queridos amigos, el Estado de Derecho, social y democrático que dice nuestra Constitución que tenemos y que fue diseñada por Fraga “and company” a fin de que dispusiéramos para siempre de esa paz franquista que su creador consagró para siempre diciendo aquello de que lo había dejado todo atado y bien atado ya que había dejado la función de aplicar las leyes a sus propias criaturas por lo que bien se podía permitir el lujo de seguir la prescripción del más canallesco de todos los canallas, el jodido tipo de Lampedusa que dijo aquella otra canallada sublime: es preciso que todo cambie para que todo siga igual.

Maldita sea toda esta canallesca ralea de los más perfectos hijos de puta.

martes, 28 de agosto de 2012

Prensa, ¿dónde está tu victoria?


El Confidencial, diario de información en español                    El Confidencial, diario de información en español


Prensa, ¿dónde está tu victoria?
Lo confieso con una pena casi infinita, después de una vida ya demasiado larga, tengo muy pocos motivos para contentarme.
Apenas si hay motivo para la alegría: he mantenido peor que mejor a una familia de 5 miembros y he cumplido más bien mal con una serie de obligaciones sociales que yo mismo me he impuesto. Nada, pues, de extraordinario que mostrarme a mí mismo porque los demás, ni siquiera mis hijos y mi mujer, se interesan por lo que por aquí escribo.
Y, seguramente, tienen razón, todo esto que emborrono casi todos los días por aquí no merece la pena de leerse ni siquiera por mí mismo, ya que sólo son las inútiles reflexiones de un viejo absolutamente chocho.
Sin embargo, cuando doy un vistazo retrospectivo a mi vida, soy tan tonto que me  envanezco de algunas cosas: de cuando una vez, en plena  juventud, evitamos, otro amigo y yo que una pandillas de locos asaltara y violara a la Rosi, la tía con las mejores tetas que yo he visto en mi vida, luego, muchos años después, estando trabajando ya en Telefónica, cuando le dije a mi jefe, el Sr. Castro, el tío más prestigioso de todos ellos, que no, que no me ponía a ayudarle a un tal López porque la reglamentación nacional de la Cía. decía que las funciones de un oficial administrativo se caracterizaban por la libre iniciativa, la sorpresa que produjo mi actitud fue tal que vino a Murcia el propio Jefe Técnico de Valencia a oírme decir él personalmente aquella horrible blasfemia, a partir de aquel momento me gané una buena fama de comunista que me impidió durante 10 años asistir a las oposiciones a jefes de la compañía, mala fama que se acrecentó cuando solicité acudir a las oposiciones a letrados de la misma y no me dejaron ir porque no tenía 5 años de ejercicio profesional, a lo que yo arguí por escrito ¿pero es que yo puede simultanear mi trabajo aquí con el ejercicio de la abogacía? 

Y no tuvieron más remedio que decirme que sí, lo que comencé a hacer inmediatamente. O sea que, como se ve, la mía fue una vida de pequeñísimo rebelde, que no lograba otra cosa que ser señalado peyorativamente con el peor de los dedos, lo que culminó cuando todos los funcionarios judiciales de Cartagena comenzaron a otorgarme por navidades el premio limón.


Pero todo esto, como bien se observa, no son más que pequeños escarceos de un aprendiz de hombre que sólo han culminado ahora, cuando siendo un viejo de lo más decrépito, he merecido los honores de que un tal Manolo Saco, al que su furibundos seguidores consideraban un auténtico dios porque decía muy bien una cosa mientras hacía la contraria, me expulsó violentamente de su paraíso, al propio tiempo que me declaraba “el innombrable”, lo que suponía mi mayor timbre de gloria, hasta que ahora, ahora mismo, 2 grandes diarios han decidido borrarme de sus listas de comentaristas, suprimiendo los comentarios que acababa de hacer en sus páginas, El País y El Confidencial, que no han tolerado que yo dijera en ellas la que sin duda es la gran verdad de nuestro tiempo, que la prensa, el primero de los poderes sociales de este desdichado tiempo en que apenas si  sobrevivimos, se ha hecho acreedora del calificativo de canallesca sólo porque se comporta como una auténtica canalla.
Ayer, El Confidencial, borraba mi comentario, en el que me limitaba a insertar el enlace para mi post titulado “La solidaridad de los canallas (II), diciendo que el moderador había decido hacerlo, él sabrá por qué, porque en él yo sólo me limitaba a decir que Rajoy y los suyos no están haciendo más que canalladas, luego son unos canallas, y la prensa también puesto que no los criticaba a ellos adecuadamente. No sé todavía si se me habrá proscrito allí como hace unos días se hizo en El País, ya lo veremos.
En cualquier caso, como iba diciendo, estas 3 proscripciones de las que últimamente he sido objeto, considero yo, modestamente, que justifican plenamente una vida tan gris como ha sido la mía.

Efectivamente, ya estoy proscrito también en El Confidencial. Véase:
SU USUARIO HA SIDO BLOQUEADO POR INCUMPLIR LAS NORMAS DEL FORO.

domingo, 26 de agosto de 2012

La solidaridad de los canallas (II)

Hace ya algún tiempo escribí un post que creo recordar que titulé “Rajoy, el cínico más cínico de todos los cínicos”. Hablando de cinismo, no creo que se pueda decir más.

 Pero hoy, cambio el tercio y escribo de canalladas.

 “Canallada” es la acción que ejecuta o realiza un canalla, pero ¿qué es un canalla?
 1. f. coloq. Gente baja, ruin.3. com. coloq. Persona despreciable y de malos procederes, dice el Rae. Y ruin: 3. adj. Dicho de una persona: Baja, de malas costumbres y procedimientos. 4. adj. Dicho de una costumbre o de una cosa: mala.5. adj. Mezquino y avariento.

 ¿Es Rajoy una persona despreciable? ¿Tiene malos procederes? ¿Tiene malas costumbres, utiliza malos procedimientos para conseguir sus fines? ¿Es mezquino y avariento?

 Comenzando por el final: Rajoy no sólo es mezquino sino también avariento.

 Es mezquino porque no le da al pueblo lo que éste quiere y a lo que tiene perfecto derecho. 

Le va quitando, poco a poco, pero continuadamente, algo de lo que tenía: seguridad social, le ha suprimido a los enfermos crónicos incluso las medicinas absolutamente necesarias para su supervivencia, ha excluido de la sanidad pública a los emigrantes extranjeros que sobreviven gracias a la economía sumergida y que si enferman tendrán que gastarse lo poco que ganan en honorarios médicos y en farmacia, les ha quitado prácticamente a los parados su legítimo subsidio haciéndolo inalcanzable al establecer unos requisitos para conseguirlo imposibles absolutamente de cumplir, y, mientras, él y los suyos no sólo conservan sus desmesurados privilegios sino que los aumentan.

 Es, por consiguiente, mezquino para con los pobres y avariento para con él y los suyos, ya que no hay un sólo sector de la sociedad y de la administración del Estado que no haya caído bajo sus garras.

 Él mismo, Rajoy, es el peor, o mejor, ejemplo de lo que afirmamos, todo lo que hace está inspirado en su ansia de poder y enriquecimiento: ahora mismo ha llevado al Congreso una ley que trata de desahuciar a los inquilinos a los 10 días de dejar de pagar el alquiler. Y él, Rajoy según ha confesado, tiene 6 inmuebles que seguramente ha alquilado y, si no, puede muy bien hacerlo, por lo tanto puede ser directamente beneficiado por una ley que priva a los más débiles de un derecho que antes tenían, una plazo mayor para los desahucios.

 Pero lo peor es el mantenimiento a ultranza de todas sus ventajas personales en canallesco contraste con todas las penalidades que sufrimos ya la mayor parte de los que vivimos en este país.

 En “tengo una pregunta para v.”, una señora le preguntó lo que ganaba y no tuvo los cojones necesarios para responder con la verdad porque ésta es quizá la cosa que más aborrece en el mundo, incluso más que su famoso fobia a lo que él llama la envidia igualitaria.

 Pero es que un tío que aspiraba a gobernar que no es otra cosa que hacer lo mejor para el conjunto de los gobernados, no podía decir lisa y llanamente lo que ganaba porque, de hacerlo, no hubiera podido gobernar nunca porque este sujeto percibe los siguientes sustanciosos emolumentos.

 1-el sueldo de presidente del PP, lógicamente el mayor de todos ellos;

2-el sueldo de presidente de Gobierno, lógicamente también el mayor de todos los que pertenecen a él, y

3-es algo que esconde muy celosamente tanto que nunca ha abordado la cuestión: la mitad de los honorarios que devenga el Registro de la propiedad de Santapola que le pertenece en propiedad desde Dios sabe cuándo, honorarios que seguramente comparte con su registrador sustituto, y que ascienden a la no despreciable cifra de varios millones de las antiguas pesetas mensuales.

Este señor, que está enviando a la miseria y al hambre a la mayor parte de todos los españoles, nada en la más obscena de las superabundancias y quiere seguir haciéndolo mientras un país de idiotas engatusados con las aventuras del Real Madrid, de las que lógicamente, como el Rey, Aznar y tantos otros, es furibundo partidario porque no en vano es el tapabocas de todos los mentecatos que le permiten continuar impunemente con su explotación, defendida a capa y espada por una prensa que alguien llamó con el mayor acierto “canallesca” y que cada día se esfuerza más y mejor por cumplir con esta tarea, una faena en la que todos los que participan se muestran absolutamente solidarios, sin ofrecer una sola fisura, una sola grieta, es por eso por lo que hemos titulado “la solidaridad de los canallas”.

sábado, 25 de agosto de 2012

La solidaridad de los canallas



¿Como podemos estar seguros de que, está vez, las imágenes que se nos muestran no están trucadas, mejor que las otras veces, por supuesto, ya que los tramposos también aprenden, aunque les cueste trabajo, y en este caso no se haya acudido a la goma de borrar sino tan sólo a variar la perspectiva de las cámaras ya que si la panorámica se toma desde una cámara situada por delante de Pedro, éste podría quedar, con dicha perspectiva, detrás de Coentrao?  En cualquier caso, incluso con esta perspectiva, los pies de éste están delante de los de Pedro, de modo que hubiera sido necesaria una "foto finish", que el pobre linier no tenía, para pitar el fuera de juego.

 ¿Hasta qué punto un perfecto canalla puede poseer virtudes?

 Hay canallas imperfectos y perfectos canallas.

 A lo peor somos todos, en algún momento, canallas imperfectos, yo mismo intenté penetrar en este asqueroso universo de los blogs bajo el nick de “hijo de puta”, hasta que un caballero vasco me disuadió de ello y me sugirió el nombre de su propio abuelo para que anduviera por estos perdidos mundos de Dios: eutiquio, que creo que significa bien hablado.

 Y esto a propósito de esa declaración que han hecho una serie de árbitros en aquel diario madridista que no tuvo inconveniente alguno en utilizar la máquina de borrar para suprimir un jugador contrario para que el del Barça quedara en un perfecto fuera de juego y luego dijo que había sido un simple error de un becario: “Los árbitros vieron fuera de juego en el gol de Pedro.-Cinco de siete consideran que arrancó en posición ilegal”, precisamente cuando apenas si hacía 4 días que ninguno de ellos hubiera visto y razonado el offside de Soldado que motivó la anulación de su legítimo gol frente al propio Real Madrid.

 Por eso hablaba de solidaridad, que viene de sólido, del latín, “solidus”, formar, ser uno solo, ser sólido, sin fisuras, sin grietas.

 Los canallas suelen ser muy sólidos, forman escuadras tan compactas como aquellas falanges romanas que conquistaron el mundo, como aquellas otras con las que, a su semejanza, el último de los grandes canallas nazifascistas europeos  llenó a España y en una de las cuales milité yo no por nada sino para que me regalaran un par de botas claveteadas de  distinto número. Pero es que yo siempre he tenido mala suerte incluso cuando se trataba de repartir votas superfascistas  claveteadas, no sé si fue porque el jefe de mi centuria me tenía fichado como posible rojo.

 Volviendo al tema. El Real Madrid, RM, es un equipo sólido, en el sentido de que todos son de la misma tendencia, es más, yo diría que total, plenamente solidario como estos jodidos cinco árbitros, ninguno de los cuales alberga la menor duda de que Pedro estaba en fuera de juego cuando marcó su nogol, porque no fue gol, ya que esta vez, sí, todas las cámaras de tv, que también son, como no, absolutamente solidarias, ¿o es que no lo fueron cuando se pusieron todas de acuerdo sin una sola grieta, una sola fisura, para que ninguna de ellas y debieron ser más de cien, o quizá mil, captaran el offside de Soldado, quizá porque no lo era?, pero estaba diciendo que esta vez sí,  captaron perfectamente, esta vez, sí, esa nítida imagen en la que apenas se ve, pero se ve, como la cabeza ¿o es la sombra de la puñetera cabeza de Pedro, joder, pero es que para estos casos no se puede utilizar un jodido procedimiento como en las puñeteras carreras de la “foto finihs”, se adelantaba ¿una milésima de milímetro? a la otra puñetera sombra del no menos puñetero Coentrao, creo que se escribe así.

 De modo que los 5 puñeteros árbitros, que qué casualidad, coño, resulta que todos ellos cobran una pasta, la única que oficialmente se sabe, del As, del Marca, de Punto Pelota, todas ellas, como se ve, totalmente independientes del venero de donde surge limpia y espontánea el agua que alimenta solidariamente a todo el madridismo, otra cosa muy distinta, que nunca se sabrá, es la que además perciben, bajo capa, bajo la mesa, bajo mano, del más superior de todos los seres que habitan esta inmunda piel de toro, porque los servicios sin son buenos hay que pagarlos bien aunque sea dos veces.

 Pero la solidaridad no acaba con estos pobres canallas que,  habiendo dejado el silbato, no tienen muy claro de qué coño van ahora a comer, sino que alcanza todo su esplendor único y refulgente en los diarios, todos los diarios de la vieja capital del imperio en el que nunca  se ponía el sol, y que ellos, muy loablemente por cierto, se empeñan en que al menos futbolísticamente no lo haga ahora tampoco.

 Es aquella prensa, toda, que alguien muy certero por cierto, llamó una vez prensa canallesca y que, desde entonces, ella, muy consciente de su propia naturaleza, se esfuerza bravamente en no decaer de su condición de manera que cada día es más canalla aún si es que ello es posible y así, un día, borra un jugador para dejar a otro fuera de juego porque así conviene a los bastardos intereses del equipo no de sus amores sino que le paga, otro, ordena que desaparezcan todas la imágenes de un supuesto offside de Soldado para así poder afirmar tajantemente, junto a esta cohorte de canallas arbitrales, que el gol de la victoria valencianista estaba bien anulado, y otro más, afirmar con toda la rotundidad del mundo que Pedro, o su sombra, su mala sombra, estaba en fuera juego en un lance del partido que hubiera sido dudoso incluso con ese diabólico artefacto de la "foto finish", pero es que los árbitros, ahora, que Mou los ha puesto en su verdadero sitio, el de los canallas, se encuentran muy a gusto porque no tienen miedo a que les pase nada, a que nadie les señale con el dedo ni por la calle ni en los diarios y, sobre todo, porque, qué coño, no sólo del honor vive el hombre, están ganando también su buen dinerillo.
 

viernes, 24 de agosto de 2012

Comienza la función teatral



 Estoy firmemente convencido de que la inmensa mayoría de la gente todavía no se ha dado cuenta de lo que es y representa el Real Madrid (RM) para la estabilidad política de este país, de tal modo que en todos los foros en los que he participado y me he atrevido a plantear el tema se me ha tirado al cuello todo el mundo, unos, quizá la mayoría, porque son partidarios del RM, y los otros, ya lo he dicho más de una vez por ahí, porque con un estúpido complejo de intelectuales dicen que ocuparse de fútbol es de paletos.

 Y no, señor, ocuparse del RM, como diría el ínclito Jsé Antonio Primo de Rivera, es una de las pocas cosas serias que se pueden hacer ya en este puñetero mundo, porque el RM, leanlo bien todos ustedes, es la coartada esencial que usa toda la ultraderecha española para seguir machacando a este estúpido pueblo, capaz gritar "vivan las caenas" al propio tiempo que un obrero en paro llama a una emisora y dice que ver al RM, desde la puerta de un bar, porque no tiene dinero para hacer una consumición, es lo único que impide que se suicide, o sea, lo único que le impulsa a seguir viviendo, sin comprender que ese RM es precisamente el culpable, junto con otras causas, de que él y toda su familia se estén  muriendo de hambre.

 Hay que desmontar, como sea, todo ese tinglado neroniano del "pamen et circenses" que les permiten a Rajoy y a toda su canallesca cuadrilla de facinerosos no sólo tener selladas las bocas de los que más sufren con su canallesca opresión sino además, encima, tenerlos contentos, es ridículo si no fuera tan espantoso.

 Por eso me he alegrado sobremanera leyendo el post que hoy nos trae Patrick Bateman y que dice así:
 “Nuevo comentario a tu entrada "Único"
Autor : Patrick Bateman (IP: 81.34.22.137 , 137.Red-81-34-22.dynamicIP.rima-tde.net)
Correo electrónico : psicoborpata@hotmail.es
URL : 
Whois : http://whois.arin.net/rest/ip/81.34.22.137
Comentario:
http://anti-madridismo.blogspot.com.es/2012/08/represion-fascio-madridista.html
 Una noticia sacudia ayer la integridad de nuestro estado de derecho, y venía a confirmar la condición del Real Madrid como estamento mafioso encumbrado en los pilares del poder fáctico. Estamos en el año 2012, con más de 30 años de democracia a nuestras espaldas, y siguen ocurriendo cosas que nos ponen los pelos de punta.
Voy al grano: Un chaval ha sido condenado a 2000 euros de multa y 4 meses sin pisar un estadio de fútbol por participar de los cánticos que una multitud dedicaba a los jugadores blancos a la salida de un partido Valencia-Real Madrid de Supercopa (17 de agosto de 2008).
A esta aplicación sesgada del Código Penal al servicio del poder hay que sumarle un par de alicientes que vienen a darnos alguna pista: Un policia nacional fue el denunciante, que quiso defender a su amado Real Madrid de esas brutales palabras que apuntó en su memoria: "Guti,Guti,Guti, maric..", y "madridistas hijos de p...".
Otro detalle a reseñar es que el chaval en cuestión era menor de edad en el momento de los hechos. Circunstancia que no detuvo el proceso. El chico a pesar de su corta edad tuvo el ingenio de defenderse con unas palabras que expresan el caracter surrealista y premeditado de una sanción que solo responde a colores deportivos y poder: "resulta inverosímil que en un ambiente tan bullicioso y vociferante, los firmantes del acta de incidencia se ratifiquen sin ningún tipo de duda", además los insultos "se entonaban por la multitud allí congregada".
En un principio, la multa pretendía ser de 3000 euros y seis meses sin pisar un estadio.
Entendereis por tanto el anonimato de este blog. Si hacen esto por insultos de muchachada, que no harán con aquellos que sin insultar dicen verdades que duelen todavía más..”. 

 Si yo no fuera ya tan viejo y no estuviera ya tan cansado, a lo peor sería capaz de tener aún más miedo del que tengo. Porque no hay nadie en el mundo, estoy absolutamente seguro de ello, que se haya metido tanto y tan a fondo como lo he hecho yo con el RM.

 Y el fanatismo, el odio y el poder mafioso del RM no tienen límites, no ya en este jodido mundo sino que yo creo también que en el otro, donde dentro de poco, Dios quiera que sea muy tarde, estaré yo.

domingo, 19 de agosto de 2012

Único


 Claro que es único. Todo lo que se refiere al Real Madrid, RM, es único, porque no hay, no puede haber en el mundo otro caso igual de fascismo irredento, de franquismo atado y bien atado, con unas instituciones ancladas en un pasado ciertamente irreversible, en las que siempre perdurarán si no las personas sí las normas más inflexibles establecidas para que la corrupción y la prepotencia rijan para siempre la vida de este estúpido pueblo que se niega terminantemente a aceptar lo más evidente.

 Algunas veces, algún entrenador inglés se queja de que al United se le ha dado, en un determinado momento, un casi imperceptible trato de favor: un árbitro no he señalado UN penalti ciertamente dudoso en su contra pero es absolutamente inconcebible, totalmente demencial que la sociedad inglesa soportara que el estamento arbitral de alli estuviera TODO UN AÑO, 365 días,  sin señalar una pena máxima en contra del United, de haber sucedido algo semejante, el país entero, incluo los partidarios más furibundos de dicho equipo habrían salido a la calle en una protesta que no hubiera cesado hasta que todo el estamento federativo del fútbol inglés hubiera sido destituido.

 Allí, Ballotelli, un día rozó más o menos intencionadamente la cabeza de un contrario tendido en el suelo, después de un violento choque entre ambos, y el Comité competente, por si acaso, le sancionó con 10  partidos de suspensión. ¿Injusto? Dice una vieja norma jurídicopenal que es más deseable que 100 criminales sean absueltos que un sólo inocente condenado. Yo creo que no. Todo depende de la historia personal del imputado. Ballotelli es un tipo casi tan peligroso como el Pepe madrileño, porque igual no hay. Un tipo que agrede a un contrario hasta derribarlo y que, luego, allí en el suelo, lo ataca con una furiosa serie de patadas a la cabeza que de haber llegado alguna de ellas a su destino hubiera supuesto la muerte de Garnero, creo que se llama el entonces agredido, ha demostrado la peligrosidad suficiente para no permitirle seguir jugando al fútbol porque otro día sí que puede matar a otro compañero de profesión.

 A esta gente tan contumaz en su peligrosidad, hay que retirarlos del ejercicio profesional cuanto antes porque demuestran que su instinto asesino forma parte de una perturbación mental general, o sea que son profesionalmente incapaces, y un mal día los hechos me darán plenamente la razón cuando Pepe o Ballotelli, maten o dañen definitivamente a alguien como ya ha podido pasar con el 1º que le hizo tal entrada a Alves que éste giró como una peonza sobre sí mismo, de tal modo que ahora, Collina, el árbitro elegido por la FIFA para aleccionar a los colegiados internacionales, enseña dicha entrada a sus discípulos como ejemplo del summum de una agresividad desquiciada.

Pero estábamos hablando del RM y de su entrenador actual, Mourinho, que ha dicho de sí mismo que es único ya que nadie ha ganado como él tres grandes Ligas europeas, inglesa, italiana y española como él lo ha hecho.

 Olvida Mou traer a colación lo más importante de los hechos, lo que califica definitivamente un logro no es éste en sí mismo sino el cómo y el cuándo. No es lo mismo alcanzar la cima del Everest, ascendiendo a ella a pie y sin ayuda de medios mecánicos que hacerlo en helicóptero y con bombonas de oxígeno. Como tampoco es hacerlo en verano que en el más riguroso invierno.

 Ganar la Liga en España, dirigiendo al RM, es lo más fácil del mundo, con todos los árbitros pitando en todos los campos, incluso en aquellos en los que el Madrid no juega directamente, a su favor. Y no hablamos de teorías más o menos afortunadas por su elaboración o incluso por su seguimiento, como ésa del Villarato, sino de hechos netos, duros, escuetos, indiscutibles, con la frialdad terrible de los números: un año, 365 días, sin que un sólo árbitro, uno sólo, con todos los que hay, se haya atrevido a señalar un sólo penalti a tipos tales como el psicópata de Pepe, o los no menos desquiciados, Ramos, Albeloa, Marcelo, Alonso, Kedira, etc., cuyas continuas entradas en todos los partidos ponen los pelos de punta.

 El caso ha sido tan escandaloso a nivel mundial, que los colegiados no volverán a cometer tal desatino y este año, sí, este año, a lo mejor le señalan al RM un par de penas máximas como coartada para todos los desafueros que con toda la seguridad del mundo volverán a cometer.

Eso, sí, cuando  ya tengan la Liga plenamente ganada.

viernes, 17 de agosto de 2012

http://www.elplural.com/2012/08/17/un-sector-de-democracia-real-ya-se-desmarca-de-la-acampada-frente-al-congreso-en-septiembre/

http://www.as.com/futbol/articulo/guerra-presidentes-oporto-benfica-portugal/20120818dasdasftb_16/Tes

jueves, 16 de agosto de 2012

Como dijo Michael Robinson en su entrevista de El País, el Madrid no es un club de asesinos sino sólo de francotiradores


 http://www.ramoncalderon.org/sincategorizar/carta-abierta-al-juez-sanz-altozano-de-los-hijos-de-ramon-calderon/  Éste es el enlace de testo de la carta que los hijos de Ramón Mendoza, ex presdiente del Real Madrid, y ex dircctivo con Florentino Pérez han publicado en la prensa.


 Sigo con mis viejas manías de viejo maníaco: el Real Madrid, RM, Florentino Pérez y el Único, el Gran Mourinho, Mou, para los amigos y los enemigos.

Tenía que ser aquí, no podía ser en otro sitio sino aquí, porque este tipo tan único ha estado por otros países, éstos sí, civilizados, y allí, al principio, despertó cierta curiosidad pero, luego, su fuego fatuo se apagó como se extinguen esos fuegos en los cementerios porque ésa es otra de sus características, cuando se va el tipo éste, todo queda como un erial, como un espantoso cementerio bajo la luna, veanse, si no, el Inter y el Chelsea.

Pero España es otra cosa, quizá sea el país ideal para estos estúpidos fantoches lusitanos que ni siquiera en su país alcanzan el triunfo que aquí, porque lo que hay por estos lares es imposible encontrarlo en otros lugares del mundo, tanta corrupción, tanta prepotencia, tanta canallesca afición al macarrismo, tanta chulería, tanto descaro, tanto nazifascismo, tanto franquismo, y todo atado y bien atado, de tal manera que esto no sólo es el Reino de Alibabá y sus cuarenta mil ladrones sino que hay así, a ojo de buen cubero, muchos, muchísimos más.

Patrick Bateman me ha traído hoy, él me conoce muy bien, un excelente alimento para mi viejo apetito. Voy a proferir una blasfemia y no lo siento, si a mí me dieran a elegir entre que desapareciera del mapa Rajoy o Florentino, elegiría, sin dudarlo, a éste último, y si entre el PP o el RM, también sería el último el elegido.

Y no es tan disparatada la blasfemia como parece.

Rajoy, Fraga, Aznar, Aguirre, Gallardon, Rato, y toda esa serie de canallas semejantes hay muchos, tantos que he tenido que cortar para no hacer la lista interminable, y partidos políticos de honda raigambre fascista hay tantos que ni siquiera intento enumerarlos, en cambio, Florentinos y Reales Madriles sólo hay unos y a ti te encontré en la calle.

Dicen los hijos de Ramón Mendoza, antiguo presidente del Madrid, a cuya presidencia accedió después de pertenecer a una directiva con el propio Florentino, que su padre ha sufrido una encarnizada persecución por parte de Flo, caracterizada por procedimientos esencialmente mafiosos. 

Si a esto unimos aquello que el padre dijo de que temía incluso por su vida, lo que coincidía con lo que Del Bosque dejó entrever cuando le entrevistó De la Morena y le preguntó si tenía miedo a lo que le pudiera hacer el presidente del RM y dio la callada por respuesta, no cabe la menor duda de que nos hallamos ante uno de los personajes más peligrosos del mundo, según dos tipos que le conocen muy bien, tan bien que durante mucho tiempo fueron íntimos colaboradores suyos.

Pero esto ¿qué es en país que vota para que dirijan la nación ni más ni menos que a nazifascistas tan declarados como el propio Rajoy que, en las únicas disquisiciones teóricas sobre política que ha realizado, porque no da para más, ha dicho cosas tales como que la igualdad entre los hombres tiene la culpa de todos los males del mundo?

Si la igualdad es una condición no sólo a perseguir sino también a extirpar porque sólo es un perverso efecto de la envidia, no cabe duda de que todas las ventajas que tanto las personas físicas como las jurídicas puedan obtener de cualquier modo y manera no sólo son lícitas sino también obligatorias.

O sea que el RM, Flo y Mou no sólo hacen lo que deben cuando presionan y extorsionan irresistiblemente a los árbitros para que favorezcan al Madrid cuando pitan en cualquiera de los partidos del mundo, de manera que éste no sufre ni un sólo penalti en contra durante todo el último año, mientras Flo obtiene, una tras otra, las concesiones administrativas que solicita para enriquecer al RM al propio tiempo que se perjudican seriamente los intereses y derechos de todos los españoles, y el chulesco macarra portugués no sólo le mete del dedo en el ojo al entrenador del equipo rival después de haber intentado pisarle la cabeza a un jugador del mismo sino que, luego, acude al parking de los árbitros para ajustarle las cuentas a aquellos cuyo trabajo piensa él que no les ha favorecido demasiado.

En fin, esto es sólo parte de lo que tenemos que no es sino algo de lo que nos merecemos por ser como pueblo lo que realmente somos.

miércoles, 15 de agosto de 2012

La jodida barca de Caronte



 Cada animal es como la naturaleza lo ha hecho.  El perro fiel y ladrador, el tigre sangriento, el elefante poderoso. Darwin nos enseñó muchas cosas, tantas que siguen tratando de situarlo en el Infierno.

 Yo creo sinceramente que el hombre es el peor de todos ellos porque es precisamente el más inteligente, el más protervo.

 Me gusta la verdad, disfruto mucho diciéndola. La degusto, la paladeo como el mejor de todos los manjares. Pero mi mujer, por ejemplo, dice que yo no soy sincero sino grosero y aquella inmensa legión de los funcionarios judiciales me daba todos los años, por Navidades, el premio limón porque aquella casta de intocables  no soporta que les canten las verdades del barquero.

 El barquero de Caronte, coño. Recuerda, César, que eres hombre y que vas a morir por ello.

 Pero los jueces se resisten como gato panza arriba a admitir su hombría y tenemos toda la culpa nosotros. Yo, por supuesto, no.

 Soy, fui, un buen alumno, aprendía bien. Y lo 1º que aprendí en mi largo peregrinaje por los juzgados es que aquello es un departamento aparte, tanto que casi no es de este mundo.

 Se trata de constituir una casta especial, enteramente separada del resto de los mortales. La escala orgánica es, de menor a mayor, agente judicial, auxiliar administrativo, oficial administrativo, secretario judicial y juez.

 Y el presupuesto esencial de su personalidad es la intangibilidad. Nadie puede, de ninguna de las maneras, tocar siquiera con la pluma más liviana del ala de un ángel a uno de estos elementos de la escala orgánica que habita un juzgado porque no es ya que será absolutamente anatematizado sino que será expresamente expulsado del mundo y perseguido hasta sus más completa extinción.

 Y esto referido al elemento ínfimo de la escala, el agente judicial.

De lo que se trata con ello es de amedrentar de tal manera al ciudadano que asiste a un juzgado para que ni siquiera rechiste, le hagan lo que sea allí.

 Porque un juzgado es el reino de la injusticia porque allí, ésta, se ha convertido en todo lo contrario porque es, ni más ni menos, que de la exclusiva propiedad de todos los que viven allí, y la propiedad, lo dice el Código civil, es el derecho de usar y disfrutar de las cosas sin más limitaciones que las establecidas en la ley. Pero, la ley, en este caso, el derecho procesal es demasiado parco en su regulación.

 De modo que el más ínfimo de los habitantes de un juzgado es absolutamente poderoso precisamente porque el más alto de ellos pone especial empeño en que todo el mundo comprenda plenamente la máxima que rige allí: si todo esto que te aflige ha caído sobre tu cabeza por no haber respetado hasta más allá de los límites al agente judicial no es posible siquiera que imagines lo que sucedería si te atrevieras sólo a mirar directamente el rostro de los jueces.

 Pues, bien, durante 30 años de mi dura vida anduve suelto por los tribunales de Cartagena y fui tan sincero que le dije a uno de los magistrados en la intimidad más profunda de su propio despacho que a ellos, los funcionarios judiciales, sólo los habían tratado adecuadamente los propios magistrados cuando los condenaban por prevaricación porque toda su actuación es una prevaricación continua y perpetua.

 Porque, como decía, al principio, el hombre es un animal que se ha ido conformando a lo largo de la historia por una serie de costumbres basadas en las peculiares circunstancias de su propia vida.

 Y a un hombre al que la sociedad en que se inserta le atribuye por derecho, además intangible, la facultad de establecer la más completa distinción entre el mal y el bien es realmente imposible que esta potestad cuasi divina no se le suba a la cabeza. De modo que los jueces son los únicos dioses reales que yo he visto físicamente en mi presencia y actúan lógicamente como tales.

 Y yo les dije todo esto cada vez que tuve ocasión, con todos mis respetos, como ahora, pero sinceramente porque, como ya he dicho, disfruto como un enano diciendo la verdad, mal que me pese porque creo que es precisamente por esto por lo que tengo tan pocos amigos.


martes, 14 de agosto de 2012

Una generación podrida


Llevo unos días muy malos. Mi mujer empeora rápidamente, alterna períodos de lucidez con otros, cada día más frecuentes, de confusión mental en los que me cree su padre y a sus hijas sus hermanas y esto me hace sufrir muchísimo.

Y, por si fuera poco, a los 83 años, he tenido que desempolvar la vieja toga y comenzar una larguísima serie de juicios contra el Ayuntamiento de Cartagena, que me ha puesto ni más ni menos que 20 multas por mal aparcamiento. La injusticia es enorme, pero creo que no hay nada que hacer porque la justicia de este país como dijo el Alcalde de Jerez, el inefable Pacheco, es un auténtico cachondeo.

Y en medio de todo este mundo que se hunde en la indiferencia y la miseria moral más absoluta, contemplo con una mezcla de ira y de indignación a una juventud que sólo piensa en divertirse al propio tiempo que la muerte y el hambre  juegan su partida decisiva sobre las arenas de una playa casi desierta, como en el inolvidable “El septimo sello”.

¿Qué es lo que espera esta gente, a qué apuesta todo el empuje de su joven sangre, a que venga no sé quién y la saque de ese pozo profundísimo en el que está sumida?

Mucho me temo que su porvenir, en el mejor de los casos, sean esos minijobs, que ahora triunfan en la capital de la metrópoli europea y que los minisalarios se impongan en un mundo absolutamente dominado por los dirigentes de los grandes Bancos y entonces qué va a ser de un mundo en el que el liberalismos capitalista neocons más rampante se habrá impuesto de tal manera que ya ni siquiera quede el recuerdo de aquellos felices tiempos en que había seguridad social y enseñanza pública para todos porque las ideas del Tea Party usaniano y de toda esta caterva de canallas, Rajoy, Aznar, Wert, Guindos, Montoro, todos ellos miembros de la nueve inteligencia, se hayan extendido de tal manera que ya no exista posibilidad alguna de redención porque los hijos de los pobres explotados ya ni siquiera podrán ira a la escuela porque no tendrán para pagar su derecho sacrosanto a no comer sino tan sólo a contemplar como los otros sí que lo hacen porque les van a hace pagar unos euros diarios por sólo asistir a la escuela con sus tarteras tan vacías como sus pobres estómagos.

De esto yo sé mucho porque lo sufrí durante los 20 años de aquella espantosa posguerra en la que el hambre y la miseria me afligieron de tal manera que su recuerdo se me hace tan insoportable como seguramente lo fueron los que asolaron la vejez y la soledad de gentes tan valiosas y valientes como los Zweig y los Koestler que decidieron un mal día que no valía la pena, de ningún modo, seguir viviendo así.

En cambio, ellos, asisten a los toros, a las olimpiadas y al fútbol, completamente convencidos de que el futuro, ahora, sí, es definitivamente suyo, de que están concluyendo esa gigantesca tarea consistente en derogar para siempre aquello que se llamó el Estado del bienestar y que consistía simplemente en un poco de seguridad social, pensión, y sanidad, para pasar los últimos días de su vida con un poco de dignidad, mientras sus nietos les inducían a pensar en un futuro mejor.

Hoy,  los viejos nos morimos desesperadamente temiendo, cada día, que el siguiente nos traiga algo aún peor, que nos rebajen las pensiones ganadas con más de 50 años del más duro trabajo o que nos las acaben de quitar porque ya nos las están realmente destruyendo con la subida de todo, el iva, las medicinas, los alimentos, todo, en fin, porque ellos, Ortega, el de Inditex, y Roig, el de Mercadona, han conseguido situarse entre las empresas más prósperas del mundo, a costa de hacer a sus asalariados trabajar mucho más y ganar mucho menos, si aquello ya tan viejo de la plus valía del trabajo de los sin ninguna clase de derechos.

Este es el signo de los tiempos, el futuro que se atisba entre las negras sombras del porvenir, mientras uno contempla con la mayor incredulidad cómo los jóvenes y los hombres maduros cifran toda su ilusión y su esperanza en la aparición de un nuevo ídolo de la música moderna o de un futbolista aún más decisivo, los trampantojos de esta nueva, asquerosa y podrida sociedad en la que malvivimos.

A mí, en lo más profundo de mi vejez, cuando apenas si me queda ya un poco de lucidez para escribir esto, no se me ocurre, no puedo hacer otra cosa, que maldecir a todos esos tipos, los Rockefeler, los Rotschild, los Slim, los Gates, los Ortega, los Roig, los Aznar, los Bush,  los Blair, etc., todos ellos muy religiosos, incluso perfectos católicos, que lo están haciendo, y muy bien, todo para que su maravillosa ideología se extienda hasta los más lejanos confines del mundo.

Que Dios, si existe, los maldiga hasta la última generación de su raza de canallescos verdugos.

domingo, 12 de agosto de 2012

Progreso y regreso. La ciudad sin ley.





Hegel y Marx sembraron la semilla de la que yo me quiero aprovechar hoy.

La historia, o la vida propia, si queremos, no es sino una especie de progreso que yo ahora creo firmemente que es hacia la nada y que avanza, o retrocede, a base de espasmos y por medio de las famosas, tesis, antítesis y conclusión.

La diferencia entre Hegel y Marx radica en que el 1º todavía tenía, conservaba, una cierta raíz espiritualista, mientras que el 2º lo materializó todo, sin casi.

De modo que la puñetera historia y nuestras jodidas vidas no son más que una especie del baile aquel de la conga, creo que se llamaba, un pasito adelante y dos atrás, o al revés, que yo no me acuerdo.

Nacimos, nacemos, y queremos avanzar pero no nos dejan hacerlo los otros, esos canallas que lo quieren todo para sí.

O sea que la vida, ese fluido prodigioso y gigantesco que lo impulsa todo quiere avanzar, proseguir, progresar pero las destructivas fuerzas del egoísmo y de la avaricia lo detienen siempre y casi siempre le hacen retroceder.

Yo no sé lo que sería ahora el mundo si los canallas no hubieran puesto tantos palos en las ruedas de la tendencia del hombre a la civilidad, adonde hubiéramos llegado si a cada avance de la técnica no ya sólo mecánica sino también del pensamiento puro, las fuerzas, las puñeteras fuerzas del mal, por llamarlas de alguna manera, no hubieran hecho todo lo posible por aprovecharse de todo lo que ha significado progreso para convertirlo en un auténtico regreso.

Ahora mismo, la prodigioso aventura de Einstein y sus seguidores en el campo de la física han servido para que el avance civilizatorio haya conseguido que yo vea lo que antes era imposible siquiera imaginar, hechos prodigiosos que suceden a miles de millones de kilómetros con las instanteneidad de la presencia.

Pero también han posibilitado las inmensas tragedias de Hirósima y Nagasaki y todas esas otras que suceden cotidianamente en todos esos sitios en que la avaricia depredadora del hombre impulsa una guerra asesina sólo para que unos pocos, muy pocos se enriquezcan un poco más.

Titulaba yo “la ciudad sin ley”. La ley, para el hombre, es o por lo menos debe de ser el principio y el final de todo.

Desde el principio de la historia el hombre ha ido plasmando en leyes sus gigantescas victorias sobre la materia y los otros hombres, de manera que, en cierto modo, las historia de la humanidad no es sino la de las leyes de que se ha ido dotando.

Pero las fuerzas de la regresión no están de acuerdo con ese interminable progreso que nos ha llevado desde la espantosa Ley del Talión. aquella del ojo por ojo, diente por diente, a las que consagraron lo que se ha dado en llamar Estado del bienestar, que establecía, después de siglos de sangre, sudor y lágrimas de miles de millones de trabajadores, una especie de primacía del derecho de los ciudadanos a vivir los últimos años de sus laboriosas vidas con un poco de comodidad y algo de dignidad. Qué menos.

Pero las fuerzas de la regresión, que no son sino las del peor de los males, la avaricia, la codicia y el odio a todo lo que sinifica felicidad y progreso han dicho que no, que no están dispuestas a que un atisbo ese atisbo de felicidad que representa la esperanza de los trabajadore en un futuro pacífico y feliz conseguido a base de años y años de durísimos esfuerzos siga manteniéndose en las leyes de la ciudad y aprovechando una de las 7 plagas del viejo Egipto, han decidido acabar con la Ley, derogar el derecho, y establecer solemnemente que no hay más leyes que las de ese Moloch que an dado en llamar economía.

Y han mandado a la Ley a la puñetera mierda. Han destruido todo atisbo de derecho en las ciudades y han acabado con la civilización.A partir de ahora, ellos podrán reírse de las leyes sociales y enviar a las inmensas legiones de los trabajadores a la desesperación y el hambre.

jueves, 9 de agosto de 2012

Un genio anda suelto. A propósito de Alberto Garzón.

 Comentario a un artículo suyo que, teóricamente, se debería de poder leer en el enlace: http://www.agarzon.net/?p=1997

Gracias, como siempre, al trabajo de Futbolín, podemos, al fin, leer el artículo de Alberto Garzón, al que en nuestro post nos referimos y sin cuya lectura no tiene mucho sentido todo lo que sigue.


http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/27156-un-s%C3%ADmbolo-de-dignidad.html?tmpl=component&print=1

 De vez en cuando, la naturaleza nos obsequia con un genio.

 Y es que yo no creo, como hacía uno de mis poetas favoritos, que toda la claridad venga del cielo, en lo que sí que coincido con él es en que es un don, es decir que es totalmente gratuito.

 Creo que he leído por ahí que sólo tiene 25 años y me parece increíble, porque yo para pensar lo mismo que él, en el campo de mi especialidad, el jurídico, he precisado ni más ni menos que 64 años.

 Él es economista y, a lo mejor, del mismo modo que yo, que soy licenciado en Derecho, estudié 2 años Economía política, él, estudió, en su estancia universitaria, algo de Derecho, el caso es que sus razonamientos en este aspecto de su artículo son absolutamente perfectos si se hace abstracción de la técnica y del lenguaje específicamente juridicos.

 Pero no es esto, ni mucho menos lo que me ha llamado decisivamente la atención, impulsándome a escribir sobre él, sino el tono general de su artículo, del que se deduce todo lo contrario del que se extraía del de ese intelectual que traiciona no sólo a su clase, lo que no tendría realmente mucha importancia, sino al pueblo que lo alberga en su seno, el tal David Torres, del que escribíamos ayer.

 Decíamos ayer, y repetimos hoy, que lo esencial del intelectual es su compromiso con el hombre, con su natural capacidad de sufrimiento, tal como nos demostraron los últimos y definitivos filósofos existencialistas.

 Para ellos, el hombre es un ser abocado a la náusea, ante la angustia que le provoca la nada que se desprende de su conocimiento cada día más perfecto de lo absurdo de nuestra existencia.

 Y ellos escribieron esto hace casi un siglo, cuando la humanidad aún tenía ciertas esperanzas, si bien Arendt, la mujer espiritual de Heidegger, ya había escrito su formidable alegato “Hombres en tiempos de oscuridad”, sobre la peripecia vital de tipos como Benjamín, el autor de “Tesis sobre la filosofía de la historia”, que se quitó la vida ante la posibilidad de que lo alcanzaran los esbirros de Hitler.

 Estos esbirros que, ahora, Rajoy y sus muchachos mediante, nos están alcanzando a todos, al fin.

 Volviendo al tema, a mí, me ha costado comprender todo lo que Garzón expone como el que lava en el artículo que comentamos ni más ni menos que 83 años, de los cuales, más de 60 han estado siempre rondando lo que se cuece en los claustros universitarios y lo que realmente se produce en esa dura existencia que a veces concluye en los sótanos de las comisarías y de los juzgados.

 He tenido que leer mucho y sufrir más para atisbar un poco todo lo que este chico, para mí un tipo de 25 años es un chico, por muy genio que pueda ser, expone con una sencillez y claridad meridianas.

 La represión que ya se ha iniciado por los nazifascistas franquistas que este pueblo nuestro ha colocado al frente del gobierno de este irrisorio país, no cesará hasta concluir con todos los miembros de ese sindicato andaluz que se ha incautado de algunos alimentos en 2 hipermercados andaluces, en el centro de una vorágine judicial de mil pares de narices, he escrito narices, que conste, aunque para ello tengan que forzar las leyes hasta extremos realmente inconcebibles, porque la figura del hurto famélico que ampara estos hurtos por necesidad en todos los países que son realmente civilizados del mundo, será desterrada de un manotazo por gente como el Fiscal General de Estado de honda raigambre fascista y el melifluo e hipócrita Ruiz Gallardón, la otrora esperanza blanca, para ello se retorcerán las leyes, incluso ese artículo de la Constitución que tan acertadamente se cita en el escrito de referencia, y se dictarán los reales decretos necesarios para que esa posible racha de sucesos de la que podría ser el incidente en cuestión el inicio de nuestra plaza Tahrir sea abortado cuanto antes. Miedo me da de lo que esta gente puede llegar a hacer, amparada y jaleada por una de las prensas más canallescas del mundo.

 La distinción que tan claramente hace Garzón entre legitimidad y legalidad, equivalente plenamente entre la justicia y su mera apariencia es absolutamente necesaria que sea comprendida por todos los ciudadanos, algunos de los cuales, tal vez la mayoría, comienzan a pensar como los dueños de nuestra prensa quieren que lo hagan.

La traición de los intelectuales




 Llevo siglos diciendo que la nuestra es una batalla perdida por mor de la prensa.

 Es lo que aquel genio, Julien Benda, anticipó con “La traición de los clérigos”, entendiendo por tales a los jodidos intelectuales.

 Un intelectual ¿qué puñetera cosa es? ¿Acudimos al DRAL?

 -“3. adj. Dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras. U. m. c. s.”.

 O sea que un tal David Torres, que ha comenzado a publicar artículos en Público y en cuya autobiografía nos dice “fui cobrador de recibos y librero antes de comprender, como me advirtiera mi padre, que la de proletario es una carrera demasiado difícil. Entonces me dediqué a esto de la escritura, al periodismo y a dar clases de literatura en Hotel Kafka. Las novelas son todas hijas mías pero del periodismo tuvo la culpa Manu Leguineche, que en 1999 leyó mi primer libro, Nanga Parbat, y cometió la temeridad de reclutarme en su agencia Faxpress. Luego pasé brevemente por el ABC de Madrid, colaboré en El País Semanal y en diversas revistas, hasta que en el 2004 inicié mi andadura en El Mundo, donde aprendí que el columnismo es un oficio caducifolio que consiste en irritar a todo el personal, incluido yo mismo. Siempre he pensado que una novela es como un matrimonio más o menos largo mientras que una columna es un lío de una noche. Fui finalista del premio Nadal en 2003 con El gran silencio y he ganado también el Hammett de la Semana Negra de Gijón y el Tigre Juan por Niños de tiza, así como el premio Logroño por Punto de fisión, de donde toma su título esta trinchera. Como se ve, con mis novelas he hecho lectores y amigos, y con mis columnas más bien al contrario. Pero está bien así, porque siempre he pensado que un escritor ha de luchar contra el poder, sea del signo que sea, aunque la señal de su triunfo resulte tan minúscula como una picadura de mosquito en el culo de un elefante”.

 Si cito esto es para que se comprenda mejor lo que trato de decir cuando escribo “intelectuales”. Como apuntan los académicos, un intelectual es un tipo que se maneja bastante bien en esto de juntar letras y después palabras, pero, añado yo, que ahí acaban, pueden acabar todas sus habilidades, porque un escritor no es sino una especie de ebanista de las palabras, un poco más que el modestísimo artesano que es el carpintero.

 Durante algún tiempo, al escritor, al intelectual de la escritura se le exigió algo más que el dominio técnico de su profesión: una ética profesional que consistía en poner su habilidad al servicio de la verdad y de la justicia.

 El problema que motivó la diatriba de Benda es que, un día, unos tipos que se dicen críticos de arte colocaron la carreta delante de los bueyes: es mucho más importante dijeron no quitar ni poner reyes pero, desde luego, ayudar siempre a nuestros señores, y ¿quiénes son éstos?

"Por definición, los que pagan nuestros servicios, y los desheredados de la fortuna, también por definición, no tienen nada, absolutamente nada con qué pagar".

 Entonces, la prostitución de los clérigos-Benda-era inevitable.

 Hoy, día, todo el que quiera vivir de la escritura ya lo sabe, ha de traicionar a todos los que no tienen dinero para pagarles.

 Esto es lo que ha hecho este sr. Torres de hoy con ese largo y admirable curriculum como escritor que, además, nos dice ha sido redactor en ABC y ni más ni menos que en El Mundo, como un Sostres, cualquiera.

  Entonces, es lógico, demasiado lógico, absolutamente inevitable, que defienda a sus señores sin querer ni por asomo quitar o poner Rey, dice el tal Torres:

 “Gordillo dice que saquear un Mercadona en nombre de los desposeídos no es nada al lado de lo de Bankia, que robar comida para los pobres no es lo mismo que desmantelar un banco, de acuerdo, pero jurídica y técnicamente resulta que sí, que son lo mismo. Un robo es un delito, lo pintes como lo pintes, y para llamar la atención sobre la desesperación de miles y miles de familias andaluzas no hacía falta asaltar un supermercado con una banda de jornaleros metidos a matones y, de paso, hacer que llore una cajera. La cual, como quien no quiere la cosa, y sólo por estar ahí estorbando, se llevó un empujón y una colleja. Da la casualidad de que esa inoportuna cajera también es clase trabajadora, pura y dura, mucho más que el grupo salvaje de Gordillo, cuyos detractores se han apresurado a señalar que él mucha hambre no pasa. Ni por el cargo ni por las pintas. Sobre todo por las pintas.
 Fue Pasolini quien advirtió que, en los disturbios de Turín entre estudiantes y policías, la lucha de clases perdió de golpe la perspectiva, porque los estudiantes eran más bien niños de papá y los policías, jóvenes sin estudios, gente pobre del pueblo. Es lo malo de erigirse en conciencia de clase cuando uno no acaba de saber cuál es la suya: si diputado a sueldo o ladrón samaritano, si justiciero de alpargata o estrella televisiva. Gordillo no da el tipo de Robin Hood, ni siquiera de Little John, a pesar de la barba y el megáfono. El hombre buscaba publicidad para los hambrientos y tiró por la calle de en medio, sin caer en la cuenta de que en medio de la calle no había banqueros ni políticos sino la clase trabajadora llorando a moco tendido, y que esas lágrimas, proletarias y calientes, va a emplearlas el enemigo como balas de nueve milímetros. Cuando precisamente lo último que hay que darle al enemigo son argumentos”.

 No sé si debería de cerrar este post aquí. Porque es el tono de todo el artículo el que no ha tenido más remedio que recordarme a ese otro articulista de El Mundo, el referido Sostres, porque, en el fondo, ambos reflejan una misma ideología: el desprecio total del ser humano en lo que éste representa, su capacidad casi infinita de sufrimiento, lo que lo sitúa por encima de toda técnica y legalidad, de manera que, para mí, un tío que supedita el sufrimiento de un pueblo, uno de cuyos miembros, una mujer de Fuerteventura proclama que inicia hoy una huelga de hambre hasta que no se solucione el problema social que sufre actualmente España, a meros detalles técnicos y legales, con lo que de accidental tienen ambos conceptos, queda automáticamente descalificado para escribir para el gran público, porque podrá hacerlo muy técnica y legalmente, pero esencialmente es un perfecto patán, que no sabe de lo que está escribiendo.