domingo, 9 de septiembre de 2012

No hay solución

                            John Forbes Nash, jr. Nobel de economía 1.996, por 7 folios sobre la teoría de los juegos y protagonista de Una mente maravillosa.
 Como se ve, estoy en plena racha pesimista, ayer decía que estamos todos castrados y hoy afirmo que no hay solución y lo peor es que tanto ayer como hoy tenía razón.
John Forbes Nash, protagonista de Una mente maravillosa,  ganó el Nobel de economía con un trabajo de apenas 7  folios sobre la teoría de los juegos, imponiéndose a autores de obras con miles de páginas. Pero es que Nash era un prodigioso matemático, esquizofrénico perdido, pero un gran matemático, quizá las matemáticas, en este mundo de hoy, sean el camino más rápido y seguro hacia la esquizofrenia.
Hoy, yo, también, voy a escribir de pura matemática.
La doctrina democrática tal vez se haya impuesto ya para siempre.
Desde el punto de vista de la ética política y, sobre todo, de la moral social, parece realmente irrebatible eso de que todos somos iguales, aunque le pese al fariseo Rajoy, de tal modo que, políticamente, cada hombre es igual a un voto y la mayoría de los votantes determina inexorablemente quién debe de gobernar.
Ay, amigos, que aquí está precisamente el origen de todos nuestros males. Si Rajoy, el apóstol, el profeta, el mesías de la desigualdad gobierna hoy en España es porque nadie ha leído, con la suficiente atención, sus teorías expuestas en El Faro de Vigo. De haberlo hecho, nadie, seguramente, hubiera ido a votar porque resulta realmente el más grande de los sacrilegios que el voto de él, de Rajoy, seguramente uno de los hombre más serios e inteligentes del mundo si es realmente cierto eso de que sólo lee el Marca, valga exactamente igual, políticamente hablando, que el de un patán de esos que sólo sabe destripar terrones, aunque también su única lectura sea el jodido Marca, cuando lo puede leer, si es que sabe, en la jodida tasca a la que va a emborracharse, por la noche, cuando deja de cavar. 
Es absolutamente canallesco, es para maldecir al cielo o a quien sea, en cualquier idioma, coño, incluso en arameo, que el más jodido de los tíos que no creen en la igualdad de los hombres, el canallesco apóstol, el mesías de la desigualdad, ahora nos gobierne a todos, como borregos, precisamente por eso, porque las jodidas leyes que nos impuso su padre intelectual, aquel maldito Fraga que le ordenó que para triunfar políticamente como lo ha hecho, se casara ya, de una puñetera vez, para acabar con los rumores, lo han permitido, estableciendo una normas electorales que impiden al pueblo votar a quien realmente le representa.
Pero el hecho decisivo, fundamental, ni siquiera es éste. Me duelen ya los dedos de tanto escribirlo: el hombre no es que sea un puñetero ser desfalleciente como nos decía ni más ni menos que el Doctor Angélico, ni tampoco ese lobo para el hombre que propugnaba Hobbes, ni el animal político de Aristóteles, sino lo que yo vengo diciendo ya tanto tiempo sin ningún éxito quizá porque suena muy mal y huele mucho peor: una puñetera mierda seca pinchada en un palo.
Si el hombre no fuera una mierda no se dejaría engañar miserablemente por todos esos jodidos, por falsos, flautistas de Hamelin, que dirigen todos los medios de comunicación del mundo, por gentes tan absolutamente despreciables como los Murdoch, Berlusconis, Laras, Condes de Godo, y el canallesco tipo ése de Intereconomía que, ahora mismo, no recuerdo como se llama, 
Y no votarían en masa, que no es sino echarse de cabeza al río exactamente igual como los niños que seguían al siniestro flautista,a  esos canallas y cínicos individuos que los van a llevar directamente al hambre, la miseria, la desesperación y la muerte.
Pero lo es, es una puñetera mierda, que no sabe realmente leer ni oír, que no es capaz de discernir a un hombre honrado de un jodido y detestable mentiroso, que, en su suprema ignorancia, no enteramente culpable porque en las escuelas, los colegios y las universidades en lugar de aclararle el alma se la han emponzoñado con las peores ideas del mundo, los auténticos dueños del cotarro, esos que tienen como por castigo, los miles de millones que se necesitan para lanzar al aire una emisora de radio o tv, o editar uno de esos canallescos diarios que sólo se proponen engañarnos a todos y que lo consiguen con la mayoría, y contra los que no se puede luchar porque los miserables, los parias de la Tierra, la famélica legión, si no tiene siquiera para comer, cómo va a tener nunca para editar un diario.
O sea, que, matemáticamente, no hay solución, otra solución que no sea la de quemarse a lo bonzo, o tirarse por un cejo, como decía la santa de mi madre.
Y estoy seguro que por esto que acabo de escribir a mí no me van a dar ningún premio Nobel ni siquiera éste que le acaban de dar al inicuo Vargas Llosa, aquél al que tuvo los cojones de renunciar Sartre.

4 comentarios:

  1. Bueno esto debe de ser antrópico, (Joanmartí) http://joanmarti.wordpress.com/2012/09/06/un-modesto-ensayo-fatalismo-principio-antropico-y-politicos-corruptos/ )pero si estamos hablando de que un señor falso y mentiroso hasta en la cama nos gobierna, (la trotona de Pontevedra) será por algo y eso es porque si no hubiese tanto estúpido y de mente perezosa en esta piel de toro nuestra, estaríamos hablando de Islandia o algo así que no es el caso.España necesita una definitiva catarsis que pasa precisamente por la toma de conciencia de nuestra imbecilidad irredenta y debe dar a luz un ejemplar de homínido que piense con la cabeza en vez de con los cojones y eso nos llevará aproximadamente una generación a partir de ya, o sea que nada de prisas o con la impaciencia podríamos caer en la melancolía.Era bastante optimista pensar que la transición a esta pseudodemocracia iba a arreglar nuestros vicios endémicos y ahora vemos en su cruda realidad cuanto camino nos falta todavía por recorrer, pero los edificios no se pueden empezar a construir por el tejado y aquí la ciudadanía dio por descontado que estábamos en la “Chenpionsligue” de la democracia mientras que nuestro sistema educativo era de 4ª regional a nivel escolar y como la verdadera educación por otra parte se recibe en la familia, pues ahí ya ni os lo explico, porque de hijos de padres muy limitados cuesta sacar pulidos ciudadanos, en ello estamos, ahora la gente no tiene todavía de cultura mas que un ligero barniz y para acabar de estropearlo hemos corrompido a la juventud dándole unos caprichos que han conseguido aburguesarla hasta la náusea.¿Como se sale de esto? Pues con el tiempo y una caña, tiempo no nos queda mucho Pepe, pero no importa porque nos quedará el orgullo de haber sido de una generación de viejos que éramos mas críticos con la sociedad que los propios jóvenes a los que algunos quizás habíamos malcriado y la realidad que se intentaba ocultar por fin se ha impuesto y siempre nos quedará el: ves hijo ya te lo decía tu padre pero no me hiciste caso.Pero las cosas lentamente están cambiando y los perroflautas se irán espabilando, mas les vale, jajajaAbrazos a tod@s y que no decaiga el ánimo que mientras hay vida hay esperanza y el verdadero luchador lo puede perder todo menos la moral de combate.

    ResponderEliminar
  2. Joder, Carlos, menudo comentario te has soltado, siempre he creído que eres mucho mejor escritor de lo que tú admites, que andas por ahí, escondido entre los textos ajenos, cuando tienes un teclado, antes se decía una pluma, de primer orden.Todo lo que dices no sólo es verdad sino que es muy difícil verlo, entre tanta faramalla como nos agobia desde todos los ángulos, pero a ti, jodido, no se escapa nada que a mis ojos, ya demasiado viejos, se les esconde, es por eso que me apena cuando veo que una cabeza así comienza a distraerse con películas y cuentos chinos.No te lo consiento, un abrazo,

    ResponderEliminar
  3. Jajajaja tu no te preocupes que yo tengo una brújula y GPS y no me pierdo, mira que chistes con poca y mucha gracia a la vez:http://elventano.blogspot.com.es/2012/09/vuelta-clase-vinetas.htmlNo os perdáis estas viñetas sobre el panorama educacional

    ResponderEliminar
  4. ¿QUÉ PAÍS ES ESTE?El "matonismo" se propaga como incendio populista cuando se convierte en estilo oficialMANUEL RIVAS 8 SEP 2012 - 00:04 CET En alguna prensa alemana todavía se habla del “orgullo español” para explicar las reticencias a la hora de pedir un nuevo rescate. Depende. Hay días de orgullo y días de sumisión. Incluso abundan los días en que el servilismo ante el poderoso, como Eurovegas, tiene su reverso en un matonismo de Estado que maltrata y humilla al más débil. Los mismos dirigentes dispuestos a besar los pies y otras anatomías amister Adelson son los que decretan un apartheid sanitario en España e incumplen las obligaciones humanitarias y los convenios internacionales, como ha ocurrido en Isla de Tierra. Personas indefensas, en absoluto desamparo, son expulsadas del territorio español, con alevosía y nocturnidad, sin intervención judicial, arrojadas como bultos. El matonismo se propaga como incendio populista cuando se convierte en estilo oficial. Dada la pública devoción de nuestros gobernantes, esperamos con ansiedad un milagro de la Conferencia Episcopal, al menos un twitter que diga: “Amarás al prójimo casi como a ti mismo.” Algo así. Yo siempre he creído que no se caerían las vigas del Cielo, pero la destrucción de nuestro modelo de sanidad universal tiene esa equivalencia. Rota esa viga, el tejado empezará a crujir. Elmatonismo de las elites también se contagia al medio ambiente. ¿De dónde han salido esos talibanes castizos que despellejan a la concejal de Los Yébenes, llamándola en la calle “puta” y “zorra”, siendo ella la víctima, a quien han robado su principal pertenencia, su libertad? Pero en contraste con la “hiel sempiterna”, hay una España con el orgullo, este sí, de ser solidaria, como muestra la red asistencial tejida para los “desechados” por el Estado. En la película Los compañeros, Marcello Mastroianni, un profesor huido, se apea en una estación de tren y pregunta: ¿Que paese è queste? Y alguien responde: Queste è un paese di merda. No podemos permitirlo. No podemos resignarnos a que hagan de nuestro país un país de mierda.http://elpais.com/elpais/2012/09/07/opinion/1347023603_399242.html

    ResponderEliminar