sábado, 7 de diciembre de 2013

Un error definitivo

ESTRUCTURA
MIEMBROS616
(266 Senadores)
(350 Diputados)
Senado España 2011.png
SENADO
GRUPOS REPRESENTADOS
     Grupo Popular (166)     Grupo Socialista (66)     Grupo Catalán (13)     Grupo de l'Entesa (10)     Grupo Vasco (5)     Grupo mixto (9)
SALARIO37.518,6 €/año (base, siendo de Madrid y sin contar pagas extra) 1
Spanish Congress of Deputies after 2011 election.png
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
GRUPOS REPRESENTADOS
     Grupo Popular (185)     Grupo Socialista (110)     Grupo Catalán (16)     Grupo la Izquierda Plural (11)     Grupo de UPyD (5)     Grupo Vasco (5)     Grupo mixto (18)
SALARIO41.801,52 €/año (base, siendo de Madrid y sin contar pagas extra) 2
ATRIBUCIONESTítulo Tercero de la Constitución española de 1978
SEDES
Senado fachada Madrid.jpg
Palacio del Senado, sede de la Cámara Alta
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Palacio de las Cortes, sede de la Cámara Baja
 
 
Sé que es una batalla perdida, la más perdida de todas mis batallas, que son todas las que he librado en mi vida, por no ganar no he ganado siquiera aquélla que me planteé en la mayor soledad, en lo más profundo de mi corazón contra mí mismo, tratando de ser tan sólo un poco mejor.
Llevo mucho tiempo dudando escribir lo que sigue, porque temo que, igual que me ha ocurrido con otros muchos temas, pierda alguno, si no todos, los amigos que me quedan.
Y es que el tema es, ni más ni menos, que el comportamiento de los que nos consideramos de izquierdas en las jodidas elecciones generales.
Dice un aforismo futbolístico: las finales no se juegan para deslumbrar al mundo con la belleza de nuestro fútbol sino para ganarlas.
Unas elecciones generales, en un país como España, es un acontecimiento absolutamente decisivo, de manera que, si se ganan,el pueblo, el jodido, el asqueroso pueblo, el puñetero demos puede aguantar por lo menos 4 años más sin que le obliguen a realizar a cada momentos continuas falaciones. Ni más, ni menos.
Pero, si se pierden, pudiendo ganarlas, es el crimen de más canallesca importancia que puede cometerse.
Porque todos los hijoputas que apenas si sobrevivimos en este repugnante país nos hemos dejado llevar por nuestras asquerosas luchas tribales como si de aquellos primitivos pueblos africanos se tratara y hemos hecho todo lo posible para convertirnos en una especie de mentecaptos incapaces de comprender que, si ganaba otra vez la ultraderecha que nos gobierna, no sólo arrasarían con todo sino que además harían tierra quemada con toda la estructura del Estado, no dejando siquiera la memoria de lo que un país decente debe de ser.
Y así, ahora, vemos como ese criminal nato que es Rajoy no sólo está asesinando por todos, absolutamente todos, los medios a su alcance a aquel enemigo interior de que hablaba Franco, sino que está sentando las bases para que nunca jamás vuelva a existir en este condenado país la posibilidad de renacer de un atisbo de izquierda, mediante la ruina, la total destrucción de lo que se ha venido llamando instrucción pública.
España ya no es que pertenezca íntegramente a ellos, los canallescos ricos, sino que al haberles entregado a ellos mansamente todo el poder político mediante una mayoría absoluta inédita en las Cámaras, les ha facilitado la oportunidad, que ellos no van de ningún modo a desaprovechar, de borrar cualquier posibilidad de en el futuro revertir la situación porque ya no se trata de leyes que puedan derogarse por otras leyes sino de que todos los puestos de la Administración del Estado, esos funcionarios que deciden, en todas las instancias todos los conflictos que pueden plantearse, estarán ocupados por ellos de manera que esto que ahora tanto parece que nos escandaliza, el asunto Bárcenas, será el pan nuestro de cada día.
Cuando inicié la escritura de este post pensaba relacionar uno por uno todos los estamentos de la función pública de los que estos canallas se han apropiado de mala manera, pero no me siento con fuerzas para hacer un trabajo tan exhaustivo como sistemático, así que me limitaré a citar, de pasada, lo que ahora mismo están haciendo con el cuerpo de Inspectores de Hacienda, creo que no se llama así, pero es lo mismo.
Y todo esto porque nos negamos, todos los que nos consideramos la izquierda de este asqueroso país, a seguir una de las 2 reglas inatacables que no hay que infringir si se quiere ganar una guerra: 1) divide y vencerás y 2) la unión hace la fuerza.
Frente a una derecha super unida, a pesar de odiarse muchos de ellos mutuamente a muerte, como corresponde a gente mejor preparada científicamente, se unieron bajo la égida de un tío al que la mayoría de ellos desprecian, para alejarnos quizá a nosotros definitivamente de todos los centros reales del poder.

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