lunes, 15 de marzo de 2010

Más sobre transplantes: Kazán, McCarthy, El País y su nueva financiera, y los testigos de Jehová y las transfusiones de sangre

#176 Comentario por eutiquio14/03/2010 @ 23:15
#158 Comentario por eutiquio14/03/2010 @ 18:14
#139 Comentario por Sergio Zawinul14/03/2010 @ 12:58

Después de haber colgado el texto anterior en el blog de Saco, han acudido a mi mente 2 reflexiones:

1-¿por qué consideramos como verdad lo que nos cuenta EL PAIS, un diario que acaba de salvarse de la quiebra mediante la inversión de una compañía usaniana? Anoche, vi en Euskaltelebista, una película de dicha nacionalidad, cuyo título no conozco porque la vi ya empezada, en la que todos los personajes se pasan todo el tiempo maldiciendo a los comunistas, de los que lo menos malo que afirman es que son homosexuales. La dirección corría a cargo del tal Elia Kazan, aquel angelito que delató a todos sus compañeros izquierdistas ante el Comité de Actividades Antiamericanas que dirigía el senador Joseph McCarthy, éste ya no un ángel sino un arcángel. En los AA.UU., Malatesta dixit, los comunistas hacen bueno al Diablo, de modo que China que ¿es o no es comunista? porque lo es o no según convenga en cada momento a los que la critican, para una empresa de dicha nacionalidad asociada a Prisa, la editora de EL PAIS, debe de ser demonizada convenientemente si dicha editora quiere tener contentos a sus nuevos socios capitalistas, como no. De modo que, a mí, no me convence nada lo que diga ahora dicho diario, como cada día me convence menos lo que afirme Carnicero que se ha convertido en el más acérrimo detractor de todo lo que en nuestro país huela a izquierda. Pero, claro, ésta es la opinión de un comunista confeso y, por lo tanto, completamente desechable, según Franco y su Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo y para el Comité de Actividades Antiamericanas de McCarthy. Pues, muy bien, los que hayan elegido esta última compañía, con su pan se lo coman y que les aproveche; y una sola pregunta más:

2-¿por qué se condena tan fuertemente la actitud de los Testigos de Jehová por oponerse a las transfusiones de sangre entre sus adeptos y no se plantea siquiera la posibilidad de que, algún día, la oposición a toda clase de transplante en cualquier momento y lugar, medie o no precio o previa lista de espera, puede llegar a parecernos tan disparatada como la conducta actual de dichos Testigos.

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